De esas historias memorables dentro del beisbol: Los Rangers de Texas, un equipo de poca transcendencia histórica, acostumbrado más bien a perder, ahora se corona por primera vez en las Grandes Ligas y bastaron cinco juegos para tener su corona en la MLB.
La contundencia para vencer a los Diamonbacks de Arizona en casa fue clave. El juego 5 del Clásico de Otoño arrancaba como un duelazo de picheo, sin embargo, a partir de la séptima entrada los maderos de Texas supieron conectar la bola a los D-Backs y terminaron por dejar la pizarra en un claro 5-0 a favor de la franquicia texana.
La primera anotación llegó en la séptima entrada, pero fue hasta la novena cuando los Rangers sentenciaron el encuentro con un rally de cuatro carreras que incluyó una pifia por parte del mexicano Alek Thomas, misma que permitió dos rayitas vía Josh Jung y Nathaniel Lowe.
Y es que Jonah Heim conectó un sencillo que partió el diamante por el jardín central que al final derivó en ese par de carreras debido a que Thomas no pudo recoger la pelota del césped y esto permitió que los Rangers llegaran a la registradora en dos ocasiones.
Ya con unos Texans motivados y los D-Backs prácticamente contra la lona, lo mejor para los Rangers fue el cuadrangular de Marcus Semien que se llevó a un hombre por delante.
Paul Sewald fue el hombre que estuvo en la lomita en ese maderazo de Semien, y con esto los Rangers ganaron el juego y se sacaron la espina de 2010 y 2011 cuando perdieron aquellas Series Mundiales en las Grandes Ligas.
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